lunes, 29 de agosto de 2016

El árbol de los problemas



Un hombre después de pensarlo se decidió a reparar una vieja casa que tenía en una granja. Entonces, contrató a un carpintero que se encargaría de todos los detalles logísticos de restauración.

Un día decidió ir a la granja, para verificar como iban todos los trabajos. Llegó temprano y se dispuso a colaborar en los quehaceres que realizaba el carpintero. Ese día parecía no ser el mejor para el carpintero. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole perder dos horas de trabajo. Después de repararla, un corte de electricidad en el pueblo le hizo perder dos horas más de trabajo. Tratando de recuperar el tiempo, partió dos cierras de su cortadora. Ya finalizando la jornada, el pegamento que disponía no le alcanzaba para mezclar su fórmula secreta de acabado.

Después de un día tan irregular, ya disponiéndose para ir a su casa, el camión se le negaba a arrancar. Por supuesto, el dueño de la granja se ofreció a llevarlo. Mientras recorrían los hermosos paisajes de la granja, él iba en silencio meditando. Parecía un poco molesto por los desaires que el día le había jugado.

Después de treinta minutos de recorrido llegaron a la casa del carpintero, y de sorpresa lo invitó para que conociera a su familia. Mientras se dirigían a la puerta, el carpintero se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, de color verde intenso y por demás hermoso. Tocó varias ramas con sus manos, mientras admiraba sus preciosas hojas.

Cuando abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas y alegría. Sus hijos se lanzaron sobre él, dando vueltas en la sala. Le dio un beso a su esposa y lo presentó. Le invitó un refresco y una suculenta empanada. Ya despidiéndose, lo acompañó hasta el auto.

Cuando pasaron nuevamente cerca del árbol, la curiosidad fue grande y le preguntó acerca de lo que había visto hacer un rato antes. Le recordó su conducta con el árbol.
¡Ohh!, ese es mi árbol de los problemas, contestó.

Y luego procedió a explicar y dijo: sé que no puedo evitar tener dificultades en mi trabajo, percances y alteraciones en mi estado de ánimo. Pero una cosa si es segura: Esos problemas no pertenecen ni a mi esposa y mucho menos a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el “árbol de los problemas” cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo nuevamente, porque tengo que solucionarlos. Lo divertido es, dijo sonriendo el carpintero, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.

El dueño de la granja se subió a su auto, meditando sobre la estrategia del carpintero para ser más feliz y evitar contaminar el hogar con los problemas laborales. Entonces se dijo, valió la pena el paseo de hoy.

Llegó a la granja y se dispuso a seleccionar su árbol de los problemas. Y desde entones cada vez que llegaba a su hogar ya saben lo primero que hacía.

“Tenemos que saber que el mundo sólo se puede captar mediante la acción y no la contemplación. El impulso más poderoso, en el ascenso del hombre, es el placer que le produce su propia habilidad. Gocemos haciendo lo que hacemos bien, y habiéndolo hecho bien, gocémonos haciéndolo mejor y lo que no sabemos aprendámoslo y gocemos aprendiendo y luego seremos mejores porque habremos aprendido con gozo”.

Ayuda de cómo lograr lo que se proponga en su vida


Hace poco tuve la oportunidad de observar y entrevistar a uno de los mejores asesores de una compañía reconocida de venta directa. Fue fascinante ver como él sabía, de manera precisa, cuáles eran sus objetivos, sus metas, sus sueños.

Cuando le pregunté cuál era su meta como asesor, abrió una carpeta en la que tenía fotos de todo lo que deseaba lograr. Una de las fotos era una imagen que él mismo había creado colocando a su hija frente al Castillo Disney en Orlando, EE. UU. Cuando le pregunté por esta imagen, con voz entrecortada me contestó: “Este es mi gran sueño y lo voy a cumplir en diciembre. Estaré allí con ella. Tengo la certeza absoluta de que lo lograré, ya que en mi mente tengo esta imagen grabada. Cada vez que hago un cierre de venta pienso en esta imagen. Cada vez que obtengo un “No” como respuesta traigo a mi mente esta imagen para que me impulse a seguir persistiendo”.

Luego le pregunté: ¿y qué pasaría si no lo lograra? Y su respuesta fue: “Lo voy a lograr, tengo la capacidad para hacerlo. Todos los años millones de personas viajan, ¿por qué yo no? Sé que lo voy a lograr. Será un gran placer estar allí con mi hija y un dolor muy grande no estar. El dolor de pensar en fallarle a ella es el impulso que necesito para no dejarme caer y seguir persistiendo, es el impulso que necesito para llamar a cien clientes en lugar de a diez, para visitar a más clientes durante el día, para hacer más cierres de venta.

Cuando voy logrando el objetivo me felicito: ¡sí, soy el mejor! Estas palabras me ayudan a mantenerme firme y vuelvo a traer la imagen que me genera gran motivación. En los momentos en los que siento que no puedo, imagino la cara de mi hija al decirle: ‘hija, no lo logre, no vamos a poder viajar’. Imaginar el rostro de decepción y tristeza de mi hija Laura, hace que de nuevo me ponga en pie y me diga, ¡lo voy a lograr!”.

Fue muy grato para mí recibir, cuatro meses después, un correo electrónico de parte de él que decía en el asunto “lo logré” y en el que me adjuntó imágenes de su viaje con ella. ¿Qué hizo el asesor para lograrlo? lo que hizo, simplemente fue tener pasión por lograr el objetivo.